Dirigir una tienda de moda requiere prestar atención a varios aspectos para garantizar una experiencia óptima tanto a los clientes como a los empleados. ¿Cuáles son los elementos clave que no pueden pasarse por alto?
Empecemos por un aspecto fundamental para el éxito de una tienda de moda: la gestión eficaz de la mercancía. Este proceso implica una serie de actividades que van desde la recepción de los productos, que deben estar siempre disponibles para los clientes, hasta su exposición en la tienda, que debe garantizar una presentación atractiva.
La necesidad básica de toda tienda es tener siempre a mano la cantidad adecuada de prendas, para evitar solapamientos o escasez de productos. Está claro que esto sólo puede conseguirse mediante inventarios precisos, que ofrezcan una visión general de lo que está disponible y de lo que hay que pedir. De hecho, el responsable de la tienda debe ser capaz de supervisar constantemente las tendencias de ventas y los niveles de surtido de productos para identificar rápidamente los productos más demandados y hacer nuevos pedidos para evitar roturas de stock no deseadas.
Una vez realizado el pedido, es esencial recibir la mercancía: una vez que los productos llegan a la tienda, se comprueba su calidad y su correspondencia con los pedidos realizados.
En este punto es necesario organizar la mercancía en la tienda de forma que sea fácilmente accesible para el cliente y para el personal, que debe estar en condiciones de satisfacer las peticiones de los clientes con rapidez y eficacia. Una organización eficaz del espacio de venta contribuye a mejorar la experiencia de compra del cliente en la tienda.
Además, los vendedores, para hacer mejor su trabajo, deben mantenerse informados sobre los productos y las tendencias de la moda, así como sobre los procedimientos de gestión de la mercancía. Pensemos, por ejemplo, en la gestión de promociones y rebajas: la actualización del etiquetado y el cambio de precios deben hacerse de forma rápida y precisa, preferiblemente directamente en el lineal con la ayuda de impresoras portátiles que faciliten la operación.
Otro aspecto que no hay que descuidar es la comunicación con el cliente: los dependientes deben poder compartir con sus colegas de la tienda, y también con el resto de la cadena, las valiosas opiniones recogidas de los clientes para mejorar la experiencia global en la tienda.
Por último, para las tiendas franquiciadas, es importante poder gestionar la mercancía en consignación en la tienda, las recepciones y las devoluciones en tienda.
Cuando hablamos de experiencia del cliente, es imprescindible recordar todos los canales a nuestra disposición: online y offline, físico y digital deben integrarse para ofrecer una experiencia de compra sin fisuras.
De hecho, hoy en día, los clientes exigen poder recoger los pedidos online en la tienda o poder devolver los artículos comprados online directamente en la tienda: un ejemplo sencillo que requiere, sin embargo, una sincronización precisa del inventario y de los datos de los clientes entre los distintos canales.
Piense de nuevo en lo importante que es poder consultar las existencias en otras tiendas: un dependiente puede garantizar así el servicio al cliente aunque falte una talla o el propio artículo.
Las personas que trabajan en la tienda pueden beneficiarse de herramientas y servicios digitales que simplifiquen sus actividades diarias y les ayuden en la exposición cuidadosa y atractiva de la mercancía, por ejemplo, utilizando escaparates y expositores para mostrar los productos y sus características.
Nuestra experiencia nos ha demostrado que un sistema de punto de venta accesible a través de aplicaciones con dispositivos móviles mejora la eficiencia de los dependientes, que tienen toda la tienda en la palma de la mano, lo que garantiza: