Todos los proyectos, tengan éxito o no, tienen historias que contar.
Un inicio difícil y cuesta arriba, una salida llena de esperanza, giros inesperados que arrastran al espectador en un torbellino de emociones dramáticas y contradictorias. Un ocaso de optimismo y un final que deja la puerta abierta a un clásico “To be continued”.
Parecerá retórico, pero los verdaderos protagonistas de la historia impregnada de tecnología de Aton y Faster son los hombres y mujeres que la vivieron en primera persona.
Un proyecto que estábamos deseando contar, no solo por los retos afrontados, sino sobre todo por los beneficios que la innovación digital, mediante el uso de la tecnología RFID, ha aportado en términos de sostenibilidad a las personas que trabajan cada día sobre el terreno, a la empresa y a toda la cadena de suministro.
Una vez más, nos dejamos inspirar por el territorio en el que nuestros clientes decidieron emprender y por el inmenso patrimonio artístico y cultural que les rodea: Rivolta d’Adda, localidad muy querida por Faster (su sede italiana está aquí y se integra casi por completo con el pueblo), y Cremona, la ciudad de Stradivari.
Y así todo tomó forma: nuestro software .onID es el director de orquesta que guía y armoniza a todas las partes implicadas; las personas de Faster, los músicos; los dispositivos RFID y las tecnologías, los instrumentos musicales. Una obra que encontró la “clave” adecuada cuando el “sonido” de cada elemento se unió con el de los demás, cuando el RFID se convirtió en el proyecto de todas las personas implicadas, colaboradores y proveedores de la cadena.
Si pensamos en el RFID como en un río desbordado que arrasa y transforma todo lo que encuentra a su paso, nos equivocamos profundamente. Pero tampoco es un arroyo tranquilo para descender en kayak un domingo por la tarde. Las transformaciones digitales en entornos profundamente ligados a la manualidad deben gobernarse con decisión y firmeza, pero sobre todo con la conciencia de que se trata literalmente de mejorar la vida laboral de quienes trabajan cada día en fábricas u oficinas.
Faster lo tenía muy claro: había procesos que necesitaban una revisión para optimizar tiempos y métodos. Hacía falta recopilar datos para tomar decisiones estratégicas, para dirigir los recursos donde realmente eran necesarios. Cada elemento del proceso a optimizar fue descompuesto en partes más pequeñas en las que la tecnología RFID pudo encontrar su espacio y aportar una contribución decisiva en la vida laboral de los colaboradores y proveedores de Faster, para lograr una cadena logística cohesionada y alineada. Todo ello gracias también a verdaderas intuiciones e invenciones, apoyadas por la amplia experiencia de Aton en este tipo de retos.
Atención, no estamos contando una historia de corte exclusivamente “industrial”: este proceso de análisis y transformación se adapta perfectamente a cualquier tipo de actividad, ya sea logística, retail o simplemente de trazabilidad.
Hablamos de dar un nombre a los objetos que utilizo en mi trabajo, saber por dónde han pasado, cuándo, quién los ha manipulado, en qué máquina o por qué persona, si han salido, si han ido a un proveedor, si han regresado en buen estado y en qué almacén los he guardado. La cadena puede continuar, si se quiere, crecer hasta el infinito y recopilar datos, muchísimos datos que antes no veíamos. Y, sin embargo, estaban ahí, al alcance de la mano: solo teníamos que encontrar la manera de recogerlos y ponerlos a disposición de quienes deben tomar decisiones estratégicas.
El vídeo que hemos realizado utiliza una bellísima metáfora: la de la sinfonía de elementos diversos, magníficos solistas que, al unirse, dan por fin lo mejor de sí mismos. Aton y Faster han construido todo esto juntos, y los resultados son verdaderos, reales y tangibles.
El final no es un final, sino un nuevo comienzo.
¡Aquí tenéis el vídeo, que lo disfrutéis!