Aton ha obtenido la certificación del Sistema de Gestión para la Igualdad de Género según la práctica UNI/PdR 125:2022. Un reconocimiento que nos llena de alegría porque no es solo un sello, sino un paso concreto hacia nuestra visión: construir una tecnología que valore el talento sin distinciones.
Cuando decidimos emprender este camino, lo hicimos con una convicción profunda: la innovación no puede existir sin inclusión. Somos una empresa tecnológica, pero, ante todo, una comunidad de personas distintas en experiencias, roles y visiones, unidas por el deseo de construir juntas un entorno justo, abierto y respetuoso. Promover la igualdad de oportunidades para nosotros significa garantizar que cada atonpeople pueda crecer, contribuir, ser escuchado y reconocido por su valor.
El proceso de auditoría fue riguroso y completo: implicó todas las áreas clave previstas por las directrices nacionales —cultura y estrategia, gobernanza, procesos de RR. HH., equidad salarial, inclusión, parentalidad y conciliación de la vida laboral y personal.
Lo que más orgullo nos dio fue descubrir que gran parte de los requisitos solicitados ya formaban parte de nuestra forma de trabajar: no tuvimos que reinventarnos, sino formalizar y poner en valor prácticas ya presentes en nuestra cultura organizativa.
Al mismo tiempo, el intercambio con consultores y auditores fue un momento valioso de crecimiento: una oportunidad para analizar nuestros datos, compararlos con referentes externos y estimular nuevas acciones de mejora.
La certificación, en definitiva, no es un punto de llegada, sino un punto de partida, con la conciencia de que todo cambio cultural es un proceso vivo, hecho de escucha y de pequeños pasos cotidianos.
Este recorrido nos ha enseñado que la igualdad no se mide solo en cifras, sino en los comportamientos, en las decisiones y en la coherencia entre valores y acciones.
Y, aun así, los números también dicen mucho de nuestra identidad:
A estos resultados se suman experiencias y herramientas que dan forma concreta a nuestra idea de equidad:
Obtener la certificación también ha sido una oportunidad de reflexión más amplia: por un lado, nos ha permitido mejorar la conciencia interna, reforzar nuestro compromiso con los valores y poner en valor a Aton como un entorno inclusivo y atractivo para nuevos talentos y partners; por otro, nos ha permitido experimentar de primera mano los retos asociados a un proceso de este tipo.
Hemos tenido que enfrentarnos a la burocracia de un procedimiento complejo, a la rigidez de ciertos criterios difícilmente adaptables a realidades ágiles y dinámicas como la nuestra, y a una inversión considerable de tiempo y recursos.
Pero cada hora dedicada se ha transformado en un paso adelante: en nuevas métricas, prácticas más transparentes y una mayor conciencia compartida.
El elemento más valioso que nos llevamos de este recorrido es la conciencia de que la igualdad no es cuestión de un solo día.
La certificación ha encendido una luz: ahora nos corresponde a nosotros mantenerla fuerte mediante acciones concretas, diálogo, seguimiento constante y una cultura organizativa que valore las diferencias.
Es un reconocimiento, pero sobre todo una promesa: seguir construyendo un entorno de trabajo donde la innovación digital y la responsabilidad social avancen de la mano.
El futuro del sector tecnológico, para nosotros, es inclusivo, multicultural y sin género.
Y la igualdad, en Aton, no es una etiqueta: es una cultura viva, hecha de personas que cada día eligen hacerla realidad.