Entre el sábado 29 y el domingo 30 de noviembre tuvo lugar la 27ª edición de la carrera de relevos Telethon Udine 24×1 hora, una iniciativa que desde hace años apoya la investigación científica sobre las enfermedades genéticas raras. Una carrera colectiva de 24 horas, no competitiva y abierta a todo el mundo, en la que cada equipo, formado por 24 personas, se va turnando para una hora de caminata o carrera.
La edición pasada recaudó cerca de 400.000 euros, una cifra que por sí sola refleja la fuerza del evento y de la comunidad que lo hace posible.
El escenario es el centro histórico de Udine: soportales, edificios históricos, luces y el ambiente navideño que lo envuelve todo y lo hace aún más especial. Un evento muy participado, vivo y organizado con gran cuidado.

Gracias a la joint venture en curso y al patrocinio de la iniciativa por parte de Moira, coach independiente que acompaña a ambas realidades, Aton decidió participar en el evento por primera vez, sumándose a GTN (que ya iba por su segunda participación). Una elección natural, nacida de los valores que compartimos, no solo en términos de negocio, sino también de la centralidad de las personas.
La experiencia superó cualquier expectativa. Fue un momento valioso para disfrutar juntos, hacer team building y compartir una actividad ligera pero con un gran impacto social. Fue un momento emocionante; durante un día entero nos sentimos parte de una comunidad que avanzaba al unísono, hacia un mismo objetivo.

Por turnos, los atonpeople se fueron relevando en el recorrido.
Hubo quien rompió el hielo saliendo a correr en primer lugar, como Gianluca; quien había empezado con la idea de dar un simple paseo y terminó dejándose llevar por la energía del circuito, como Marco; y quienes sumaron kilómetros a un ritmo sorprendente, como Grazia y Stefano.
Algunos corrieron desafiando el frío de la noche y disfrutando de las luces navideñas de Udine, como Giovanni e Gaia, «los Pozzobon«. Otros afrontaron la mañana respirando el aire más fresco del día, entre ellos Francesco y su esposa Roberta. Hubo un turno bañado por el sol, con Sandro y Giuseppe, y quien, llevada por el entusiasmo, decidió quedarse en pista mucho más allá de la hora prevista, como la que escribe estas líneas.

Mientras se corría o se caminaba, la mirada se posaba inevitablemente en las camisetas de los demás participantes: lemas, nombres, dedicatorias. Empresas, asociaciones, familias.
Había quienes corrían o caminaban con su propia historia a cuestas, ya fuera una discapacidad, una enfermedad o una pérdida. Estar unos junto a otros dio un sentido distinto a cada paso dado.
También fue un gran momento de celebración, durante el cual compartimos horas despreocupadas entre risas, historias, bromas y comida. Y quizá eso sea lo que hizo tan especial esta carrera de relevos: vivir al mismo tiempo la ligereza del momento y la profundidad de su propósito
Una experiencia capaz de entrelazar de forma natural diversión y solidaridad
Un agradecimiento sincero a GTN por la acogida, en especial a Rodrigo y Elisa, y a Moira por habernos involucrado en una iniciativa tan especial.
Estamos deseando volver a vivirlo todo el próximo año 💪
