El corazón palpitante de Aton son los atonpeople, un equipo de más de 200 personas que cada mañana enciende el ordenador y se conecta con su equipo, dispuesto a compartir las alegrías y las dificultades que traerá el día, y decidido a dar lo mejor de sí para alcanzar los objetivos establecidos.
Afrontar los retos cotidianos puede ponernos a prueba y, a veces, hacer que perdamos un poco la orientación.
Por eso es importante sentir siempre el apoyo de tu team leader, que está a tu lado y te anima, que te guía y te acompaña, etapa tras etapa, en tu crecimiento personal y profesional.
En Aton, gracias a la colaboración de nuestra coach, llevamos ya algunos años trabajando para llegar a definir un proyecto evolutivo para cada atonpeople.
Cuando me propusieron unirme al proyecto, tuve pocas dudas. Contribuir a diseñar más de 200 planes personalizados me parecía un reto exigente y, al mismo tiempo, apasionante y motivador.
Mi experiencia en Aton me había llevado a especializarme en el ámbito más administrativo de las actividades de People, pero la dimensión humana siempre me ha fascinado, tanto que decidí estudiar una carrera con orientación psicológica. Emprender esta nueva aventura me ha parecido, por lo tanto, una excelente oportunidad de crecimiento.
En estos meses he empezado a descubrir lo que significa estructurar proyectos personalizados y cuánto trabajo hay detrás.
Es fundamental partir de una comprensión profunda de las ambiciones y los sueños que mueven a los atonpeople, porque en esa dirección irá su búsqueda profesional. Después, se trata de dialogar con ellos y entender dónde sienten que pueden expresar su potencial y cómo esto puede aplicarse en nuestra realidad.
Nuestra ambición es que cada uno de nosotros se sienta reconocido y valorado en su papel, que crea en su camino y se sienta motivado para llevarlo adelante.
En esta línea, a menudo valoramos también cambios de equipo o de rol. Un developer que descubre interés por el análisis funcional o un service desk agent que demuestra aptitudes de service manager forman parte de nuestro día a día, y con mucho gusto hacemos lo posible por apoyar sus inclinaciones.
Rediseñar un camino no nos asusta: una vez definido el cambio, planificamos junto con los team leader la formación para reforzar las competencias necesarias y acompañamos a la persona en esta transición.
Naturalmente, en el camino no faltan momentos de dificultad y desánimo, y es precisamente ahí cuando más se necesita no sentirse solo. En mis momentos difíciles siempre he encontrado a alguien dispuesto a reconfortarme y devolverme la confianza, y eso ha marcado la diferencia en mi camino.
Uno de los aspectos que más me está enriqueciendo al seguir los proyectos evolutivos es el intercambio con los líderes de equipo.
Su papel es crucial en esta tarea: trabajamos codo con codo cada día para intentar construir juntos un clima de escucha, confianza y colaboración.
Al mismo tiempo, cada uno de ellos está siempre dispuesto a ponerse en cuestión y compartir dudas e inseguridades. Me sorprende cómo incluso personas con cierta seniority pueden tener dificultades a la hora de dar un feedback o de abordar determinados temas. Muy a menudo este bloqueo proviene de convicciones arraigadas en la persona, que a través del intercambio con los compañeros y con nosotros pueden superarse.
Para los líderes de equipo organizamos también sesiones específicas de formación, en las que entrenamos competencias concretas y nos centramos en temas como:
A través de este gran trabajo que están llevando a cabo con tanto compromiso, cada uno de ellos se está convirtiendo en un referente cada vez más sólido para su equipo.
Tres veces al año lanzamos un cuestionario de satisfacción personal, en el que cada atonpeople puede “dar su opinión” sobre los distintos aspectos de la realidad empresarial.
Es una herramienta fundamental que nos permite recoger valiosos feedback e ideas que pueden ayudarnos a “ajustar el rumbo”.
Cada atonpeople tiene luego un momento de entrevista individual con su team leader.
Esta es la ocasión para contrastar lo que ha surgido del cuestionario, pero también para compartir nuestras necesidades y expectativas de futuro, identificar nuestros puntos fuertes y las áreas de mejora, y definir juntos los objetivos en los que centrarnos.
Estos momentos tan valiosos nos permiten poner en pausa la vorágine de las actividades cotidianas y tomarnos un tiempo para reflexionar sobre nosotros mismos y sobre nuestro camino.